El director general de AEFJ, José A. Pastor, se reunió el pasado 30 de abril, con la Secretaria de Estado de Consumo, Bibiana Medialdea, acompañado del Secretario Autonómico de Industria, Energía, Internacionalización, Comercio y Consumo de la Generalitat Valenciana, Felipe Carrasco, para trasladarle la preocupación del sector a la vista de la posición que ha adoptado el Consejo Europeo ante la revisión del Reglamento de Seguridad del Juguete.
Además de que el plazo de transición propuesto no es suficiente para el desarrollo de la Normativa por parte de CEN, se hizo hincapié en la propuesta de prohibición, sólo para al sector del juguete, de más de 4.000 sustancias para las que nos hay ni estudios científicos que avalen la decisión y lo que es más importante, no hay métodos de análisis con los que medir.
Si no se puede controlar lo que se legisla, se conseguirá el objetivo contrario al perseguido, y lo que se habrá logrado es un mercado dominado por aquellas empresas que ni cumplen ahora ni piensan cumplir con el nuevo Reglamento, mientras que a las que sí quieren cumplir se las abandona ante una competencia desleal imposible de controlar y parar.
Sólo tenemos que ver el caso de los ftalatos, prohibidos desde 2007 y que protagonizan las alertas de juguetes en el Safety Gate semana tras semana. No lo han hecho cumplir en 17 años para 6 sustancias, ¿van a hacerlo para 4.000?
La CCAA, responsables en última instancia de los servicios de inspección del mercado, son conscientes de que no hay metodologías, y menos armonizadas, para ensayar estas 4.000 substancias, así como también lo son los laboratorios.
Desde AEFJ hemos instado en esta reunión al gobierno de España a que se plante ante esta propuesta inviable en la práctica y que pregunte formalmente a la Comisión por los estudios científicos que determinan cantidades y limites detectados en los que se basa esta preocupación sobre 4.000 sustancia, pero sólo para el juguete, no para el resto de productos, ya que desde la industria no hemos obtenido respuesta de la Comisión.