El sector tenía muchas ganas de reencontrarse y de retomar el contacto físico, un contacto físico tan necesario en general pero que es vital en un sector como el nuestro en el que los abrazos no sólo se dan entre personas sino también a los productos que fabricamos y vendemos, sobre todo a los peluches…

Esta edición no pasará a la historia por récord de cifras, que han sido discretas en comparación a las que nos venía acostumbrando la cita alemana, pero si lo hará como el pistoletazo de salida a la normalidad tras mucho tiempo de cierres de fronteras, cuarentenas, confinamientos, mascarillas…

Según fuentes oficiales, fueron alrededor de 2000 las empresas que expusieron en Nuremberg entre el 1 y el 5 de febrero, cifra que contrasta con los cerca de 2800 de la edición de 2019, o los mas de 3000 de ediciones anteriores, hecho que era palpable en los numerosos espacios vacíos que había en todos los pabellones. La afluencia de visitantes, sin embargo, fue la esperada y la sensación, sobretodo los primeros días, fue de pasillos desbordados con los cerca de 58 mil profesionales que la visitaron.

La práctica totalidad de los que allí estuvimos salimos con una sonrisa en la cara y con la sensación de que todas las partes involucradas en el sector están dispuestas a que 2023 sea un excelente año. Falta mucho y serán muchas las dificultades que se nos presenten este año, pero siempre es mejor empezar con optimismo, se sortean mucho mejor los obstáculos.