A principios de octubre la feria internacional del juego de mesa de Essen, celebrada entre el 22 y el 26 de octubre, colgaba el cartel de “sold out” para los más de 200 mil pases de acceso que habían puesto a la venta, y sólo había que intentar entrar y moverte por los 7 pabellones para darte cuenta de que no cabía ni un alfiler en una evento que se ha convertido en la principal cita para los amantes de los juegos de mesa en Europa y sólo superado, según dicen, y cuesta creerlo, por la Gen Con de Indianápolis.
Spiel Essen es un perfecto escaparate de lo que están consiguiendo los juegos de mesa; legiones de fieles incondicionales hacia colas kilométricas por jugar a las principales novedades de los mayores exponentes de este subsector que no para de crecer y al que algunos empiezan a dejar de mirar de reojo para tratar de hacerse un hueco.
A Spiel Essen se va, principalmente, a jugar, y es que el expositor no sólo cuenta con un stand con producto sino que habilitan mesas y demonstradores para que el visitante pueda jugar. La parte B2B del evento queda eclipsada por la presencia mayoritaria de consumidores ávidos de horas de juego, pero esto no le resta atractivo al negocio mayorista, más bien todo lo contrario, ya que poder ver el comportamiento del consumidor al jugar, constituye un magnífico indicador del posible éxito o fracaso que estas novedades pueden tener en el lineal de las tiendas.
Spiel Essen contó con más de 36 empresas españolas que mostraron novedades, clásicos y ediciones limitadas, muy codiciadas estas últimas por los incondicionales del juego de mesa, y para la que AEFJ solicitó apoyo de ICEX, que se materializa en ayudas directas en el alquiler del espacio.
El juego de mesa es un perfecto exponente de lo que el llamado Kidult significa, un consumidor de mediana edad que, aunque muchas veces sin hijos, sigue jugando, y mucho.